Este famoso juego de mesa fue ideado por Klaus Teuber en el año 1995, y de ahí en más se convirtió en un juego de mesa que revolucionó el género y se convirtió en la piedra fundamental de cualquier amante de los juegos de mesa.
El Catan es un juego que funciona como lo hace un sistema de comercio. Aquí, cada jugador podrá intercambiar cartas con los otros jugadores, y así ir construyendo ciudades, carreteras y pueblos.
El juego de mesa Catan tiene un alto nivel de rejugabilidad por varios factores. Entre ellos podemos mencionar:
Se juega con un tablero hexagonal, en el que los jugadores pondrán sus ciudades y poblados.
Cada hexágono tendrá un número que de una partida a otra se verá modificado.
Esos números serán el resultado de la suma de los dados que se tiran por turno.
Si un número es medianamente común, será grande y de color rojo si es un número con altas posibilidades de aparecer, grande si tiene posibilidades algo altas, mediano o pequeño.
Si eres un jugador que tiene un poblado que es adyacente al hexágono, entonces saldrá un número que se cobrará en el hexágono mismo.
En este juego hay cinco recursos: la madera que se produce en los bosques, la arcilla que es producida en cerros, la lana que se produce del pasto, cereales producidos en los sembrados y minerales que son producidos en las montañas.
Con cualquiera de los recursos que se mencionaron anteriormente, podrás construir poblados y también carreteras, también convertir algunos poblados en ciudades o comprar algunas cartas del desarrollo. Dependerá de la estrategia que utilice cada jugador para determinar los puntos de victoria que vaya a conseguir.
En el juego Catan, el comercio es lo más importante. Puede suceder que el jugador no tenga el recurso necesario en el momento, pero en ese caso, en algún momento de su turno podrá intercambiar los recursos disponibles con los de otro jugador.
El intercambió costará lo que le convenga a cada jugador y podrá variar dependiendo los intereses de los mismos durante toda la partida. Utilizar la inteligencia a la hora de negociar es la esencia del Catan.
También podrás optar por tener un poblado en algún puerto que esté en los bordes del tablero donde estén marcados los costes, o en todo caso, intercambiar cuatro cartas de alguno de los recursos por alguna de las cartas de otro recurso que tenga cualquiera de los que tenga banca.
En cada partida se dependerá de la combinación posible entre la colocación de los hexágonos, los poblados, los jugadores y los números. Entonces, podemos entender que los números influyen muy poco en el resultado de alguna partida, porque significará la suma de decisiones que tome cada jugador para gestionar sus recursos. El jugador capaz de gestionar mejor sus recursos, será quien termine ganando la partida.
Podrá ganar el juego el jugador que tenga más puntos de victoria, que se van generando cuando el jugador coloca algún poblado, alguna ciudad, o construye la ruta más larga, o tiene el ejército de mayor tamaño, si se compran cartas de desarrollo también se conseguirán puntos de victoria.
El Catan es un juego que se juega con rapidez y es muy simple, pese a que haya distintos factores que pueden afectar la partida. Tiene pocas mecánicas para desarrollar y las decisiones a tomar son una cantidad limitada. Cada decisión que tome un jugador tendrá el efecto inmediato de impactar directamente en el camino a la victoria que vendrá no sólo del jugador activo sino del resto de los jugadores también. Este juego de mesa hace interactuar mucho a los jugadores, como es el caso del momento en que un jugador saca el 7 en los dados, y mueve al ladrón. Esto es una ficha del tablero que prohíbe que se generen recursos en el hexágono donde se encuentra colocado. Entonces podemos decir que Catan es un juego perfectamente equilibrado, ya que las victorias que se ganan tienen poco margen, algo que lleva a que se mantenga la tensión de la partida hasta que finaliza.
Es un gran entretenimiento para disfrutar con familia y con amigos, siendo un juego de mesa que no deberá faltar en ningún hogar, menos si eres aficionado. Teniendo reglas rápidas para entender y explicar, será tu puerta de entrada en caso de que seas un jugador social y quieras probar alguno de los juegos de mesa más modernos. Podrás adquirir Catan a través de Tiendamia, eligiéndolo en tu carrito y recibiéndolo desde la comodidad de tu hogar.
Klaus Teuber, actualmente jubilado, piensa que jugar es una vía por la que se puede adquirir conocimiento. Sostiene que, en varios países, Catan representó una forma de aprender, a través del cual la gente conoce formas distintas de participar y entrar en mundos diferentes. Así es como lo describe como la puerta de entrada a otros juegos.
Cuando se ingresa en algún tipo de comercio especializado, lo primero que suele llamar la atención es la gran variedad de tableros disponibles que hay, sea cual sea la edad y en cualquier localización posible, que son consumidos por legiones de fans que desarrollan amistades por todo el mundo gracias al juego. Para Teuber, los juegos de mesa construyen lazos y aprendizaje en las personas, y las hacen aprender sobre uno mismo también.
Si bien se puede entender al juego con una lectura en clave socialista, al ser una economía colaborativa que brinda una especie de opción atractiva frente al capitalismo, Teuber dice que nunca tuvo la intención de que esta fuese la manera de interpretar su juego.
El juego, según su creador, no debería ser utilizado como un instrumento político, aunque sabe que puede ser entendido como una pantalla a partir de la cual hablar como si se tratara de escenarios políticos o económicos. Para Teuber, Catan tiene más que ver con el instinto de la humanidad por crecer, y ser mejor. De ahí el construir cosas. Pese a que no ganes al finalizar la partida, sentirás que al haber construido algo, dejas algo positivo.
Catan tiene una mecánica muy simple, que se basa en los jugadores, que suelen ser entre 4 y 6. Estos llegan a una isla que se encuentra desierta y sin haber sido colonizada. De esa forma, deberán poder sustentarse a partir de los recursos naturales disponibles, que son la lana, la madera, el trigo, entre otros, y en caso de obtener tierras productivas, se ocuparán de mantenerlas a salvo del resto de los jugadores, o incluso del ladrón, que es el encargado de que todos salgan perdiendo. Si consiguen eso, los jugadores podrán sumar puntos para medir la prosperidad que posean.
Si quieren subir de nivel, podrán encargarse de conseguir distintos elementos como construir carreteras, hacer distintos asentamientos que sean cada vez más grandes, aumentar las rutas comerciales con otros territorios que gestionen jugadores rivales. Es un ítem prácticamente obligatorio que si se quiere obtener algún beneficio deberá procurarse la prosperidad del contrincante. Quien llega a los 10 puntos primero, será el que gane la partida, y podrá comenzar una nueva. Por todo esto es que el Catan es uno de los juegos de mesa más emocionantes de todo el mundo.
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