Si en algún momento viajaste a Europa o estás medianamente interiorizado sobre las marcas que son furor en aquella parte del mundo, es probable que sepas que Ikea es la tienda de muebles más conocida a nivel local incluso cuando desconozcas parte de la historia de la compañía.
¿Qué es Ikea? Esta empresa, una de las más importantes del planeta dentro de este rubro específico, pero cuya filosofía va mucho más allá de solamente vender mobiliario, tiene en sus espaldas más de seis décadas sirviendo a clientes internacionales, ayudándoles a vestir sus hogares como quieran.
Todo comenzó en los bosques del sur de Suecia en 1943, donde el fundador de la firma empezó con su proyecto poco a poco, hasta convertir los muebles Ikea para el hogar en los más famosos. Series y películas suelen citarla porque su importancia en la vida del público supera lo normal.
Ingvar Kamprad, tal el nombre de su creador, tenía nada más que 17 años cuando se dio cuenta de que podía hacer un buen negocio si compraba al por mayor y vendía cerillas a sus vecinos. Desde ese momento a esta parte, pasaron todo tipo de episodios que explican su relevancia actual.
En este artículo, vamos a repasar cómo Ikea se transformó en un gigante, y cómo ahora mismo podés hacerte con algunos de sus mejores productos gracias a Tiendamia, una plataforma indispensable para comprar artículos por Internet y recibirlos cómodamente en casa.
En pocas palabras, Ikea es una multinacional de origen sueco que se dedica a la venta minorista de muebles y objetos para el hogar y decoración, cuyas soluciones destacan por características muy valoradas por los consumidores, como sus diseños funcionales y la excelente relación precio/calidad de la mayoría de las opciones que podemos hallar en su catálogo.
Basta echar un vistazo a sus colecciones que se actualizan todo el tiempo para comprobar que estos muebles son más baratos que la mayoría, y casi siempre las devoluciones de los compradores son positivas, por lo que nunca falta la cajonera Ikea u algún otro objeto que se pone de moda.
El modelo de negocio de Ikea es uno de los secretos de su éxito y es que, ya asentado el proyecto, fabrican sus propios muebles gracias a la colaboración de proveedores en decenas de países. Podría decirse que la firma revolucionó el modelo de fabricación y comercialización viejo, introduciendo una producción masiva de artículos desarmables, fáciles de transportar.
Justamente, esto hace que los muebles de Ikea necesiten de mucho menos espacio de guardado, abaratando tanto los costos de almacenamiento como logísticos, sin por ello olvidar que debían satisfacer las demandas de los usuarios en categorías como colchones y electrodomésticos.
Ikea se enorgullece de prohibir el trabajo infantil en sus cadenas, y de haber alcanzado una política totalmente equitativa entre los integrantes de su plantilla, que cobran los mismos salarios independientemente de que sean hombres o mujeres si tienen iguales cargos.
El sistema de franquicias le ha ayudado a crecer de forma indetenible en las últimas décadas, concentrando casi la mitad de sus ventas en Alemania, el Reino Unido, los Estados Unidos, Francia y Suecia, que son sus principales mercados amén de la introducción a América Latina que abordaremos más adelante, proceso protagonizado por las ventas a través de Internet.
Volviendo a la historia de Ingvar Kamprad, su padre le dio algo de dinero por sus buenos resultados en la escuela, y con esa cantidad puso un pequeño establecimiento en el que ya no sólo vendía cerillas sino además carteras, bolígrafos y cualquier otra cosa útil que la gente reclamara.
Para 1946 Ikea era un nombre reconocible para los habitantes de Suecia, y ese nombre se debe a las iniciales del propio fundador junto a las primeras letras de Elmtaryd (E) y Agunnaryd (A), granja y pueblo donde creció. Sus colores, queda claro, responden a la bandera sueca.
Lo curioso es que Ikea no comercializó muebles como tales sino hasta el año 1948, cuando varios artesanos de la zona aceptaron su idea de producir en cantidad para vender en un canal popular.
Pocos años más tarde llegaría el primer catálogo, con tantas tiradas hasta estos tiempos que solamente pueden ser comparado con la Biblia en cuanto a cantidad de impresiones totales.
Para entonces, Kamprad ya tenía la seguridad de que su futuro pasaba por vender muebles. Posiblemente aún no vislumbraba que existirían hasta perchas de Ikea, pero para 1955 absolutamente todos sabían de la amenaza que representaba para la competencia.
Superando toda clase de chantajes, primero en Suecia y luego fuera de su país, logró abrir nuevos comercios en el resto de Escandinavia, y más tarde sería el turno de Suiza, Alemania y Dinamarca. Canadá fue el primer territorio lejos de Europa y poco a poco los límites desaparecieron.
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Por suerte, con portales como éste, las barreras geográficas que durante años mantuvieron muchos de los mejores productos de Ikea lejos de Argentina han quedado en el pasado.